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Suburban land is one of the most precious for any fluffy who is alone or accompanied by a pack, whether small or large, in these places they will commonly find families that will leave all kinds of benefits for them in the trash. Not to mention there are plenty of safe spaces in both homes and parks where, if the herd doesn’t get big or troublesome, they will be left alone to live as peaceful a life as possible.
It is in this environment that orphans also suffer the most thanks to the deep indifference that exists between packs and humans to see them in freedom alike.
One day one of the foals of a brown mare got lost when he was playing in the roots of a tree and unable to get out of hiding he got trapped in a place where neither his mother nor his brothers could help him. For a second he heard how the herd leader hit her mother for wanting to seek help from humans and forced her to leave, leaving the foal to chance.
The first night was the most difficult for this little boy who had never spent a single moment alone and who unfortunately could still only chirp for help “Chirp! Peeeep! peep peep chirp…chirp” every possible sound to let his mother and brothers know that he was soul-shatteringly hungry and so cold his skin ached under his furry mat, but none came, no one helped him even when he fell exhausted in the damp earth of the roots of the tree.
The next morning was slightly more complicated after waking up as the light still burned through his eyelids and kept him from sleeping. Tired and hungry, the poor man chirped again as much as he could until his throat made it impossible thanks to the thirst and pain of screaming for hours, so in a desperate attempt to get out from among the roots, he strove to make himself fit between the wooden bars of its now prison. The only thing he managed was to realize that he was even smaller than the day before, for some it is a blessing to grow up quickly but this little boy cursed him so much that he dedicated himself to crying the rest of the day.
Night came again and a new enemy attacked him in the form of an uncontrollable thirst that drove him crazy every second that his tongue licked his snout wanting breast milk, so much so that at this point he wouldn’t mind using violence to obtain it. The moonlight illuminated his jail a little and forced him to say “Missd mummah’s wadmsies…so saddies…huhuhuhu”, tragic that if he had been lost a day later his mother would celebrate his first words with so happy that she would pee on herself. But now he can only speak in solitude.
The morning returned to make him so hot that he suffocated him with a sun entering directly to the roots where he was trapped, “Hewp! Mummah hewp babbeh…babbeh awone, am onwy wittew babbhe…MUMMAH!” he screamed as much as he could in search of his mother. By pure coincidence a little girl passed by the place and investigating she saw the little foal hiding in the deepest part of the roots, “Come little one, I’m going to get you out of there. Mmmhhhgggg ”The girl made her hand fit, opening a space where the colt would fit and brought her fingers closer to the frightened colt.
The colt in a desperate fit full of rage bit the girl so hard that he startled her from the sharp but insignificant pain of her, “I WAN MUMMAH!” he yelled after letting go of the girl receiving only a kick from the ground that covered him slightly and a high pitched voice calling him fluffy fool. The mouthful of earth made him realize the mistake he made and that a human wanted to give him hugs and love, so he again lashed out against the roots of the tree with all the strength that the adrenaline gave him, managing to make himself fit thanks to his weakness obtained for two days. not to eat He might have made it if it wasn’t for the disproportionate hip of the fluffies that she was still stuck in, he himself was still stuck but now in a more disabling and hopeless way.
Night came at a point lost among her hallucinations induced by heat, hunger, thirst, and sadness. In them he watched as the memory of his mother reached for him and with an impossible force he opened the roots of the tree to give him many hugs and milk that would cure him of all his sorrows and he would teach him how he can now speak, making him the best baby in the world. The last morning he was covered in a lucidity as treacherous as the harshness of his reality, he watched as a herd passed right in front of him and a few of the unknown fluffies returning his gaze but moving away while making comments mocking his mother for not taking care of him or comments of other mothers teaching their young to be a good bebbeh so as not to end up trapped.
His strength was gone and the little trapped colt just flopped down where he fell into a torpor not having the strength to even close his eyes and stick his tongue back into his muzzle.
-ESP
Los terrenos suburbanos son unos de los más preciados para todo fluffy que esté solo o acompañado de una manada ya sea pequeña o grande, en estos lugares se encontrarán comúnmente con familias que dejarán toda clase de beneficios para ellos en la basura. Sin mencionar la existencia de muchos espacios seguros tanto en las casas como en los parques donde, si la manada no crece mucho o no es problemática, serán dejados en paz para vivir sus vidas lo más tranquilas posibles.
En este ambiente es donde también los huérfanos sufren más gracias a la profunda indiferencia existente entre manadas y humanos a verlos en libertad por igual.
Un día uno de los potros de una yegua café se perdió cuando jugaba en las raíces de un árbol e incapaz de poder salir de su escondite se quedó atrapado en un lugar donde ni su mamá ni sus hermanos pudieron ayudarlo. Por un segundo escuchó como el líder de la manda golpeó a su mamá por querer buscar la ayuda de humanos y la obligó a marcharse dejando al potro a la suerte.
La primera noche fue lo más complicado para este pequeño que nunca había pasado un solo momento en solitario y que por desgracia todavía únicamente podía piar por ayuda “¡Chirp! ¡Peeeep! peep peep chirp…chirp” todos los sonidos posibles para hacerle saber a su madre y hermanos que tenía un hambre que le rompía el alma y tanto frío que le dolía en la piel bajo el felpudo pelaje, pero ninguno llegó, nadie lo ayudó incluso cuando cayó rendido en la tierra húmeda de las raíces del árbol.
La mañana siguiente fue ligeramente más complicada tras despertar ya que la luz quemaba aún a través de sus párpados y no lo dejaba dormir. Cansado y hambriento el pobre volvió a piar cuanto pudo hasta que la garganta lo imposibilito gracias a la sed y el dolor de gritar por horas así que en un intento desesperado por salir de entre las raíces se esforzó por hacerse caber entre los barrotes de madera de su ahora prisión. Lo único que logró fue darse cuenta que cabía aún menos que el día anterior, para algunos es una bendición crecer rápido pero este pequeño lo maldecía tanto que se dedicó a llorar el resto del día.
La noche llegó de nuevo y un nuevo enemigo lo atacó en la forma de una sed incontenible que lo volvía loco en cada segundo que su lengua relamía su hocico deseando leche materna, tanto que llegado este punto no le molestaría ejercer la violencia para obtenerla. La luz de la luna iluminaba un poco su cárcel y lo obligó a decir “edtaño ed cadod de mummah…tan tidste…huhuhuhu”, trágico que si se hubiera perdido un día después su madre celebrar sus primeras palabras con tanta felicidad que se orinaría encima. Pero ahora solo puede hablar en soledad.
La mañana regresó para darle tanto calor que lo sofocaba con un sol entrando directamente a las raíces donde estaba atrapado, “¡Audxidio! Mummah ayuda a fwffy…fwffy sodo ed un pequeño bebbeh…¡MUMMAH!” gritaba cuanto podía en busca de su madre. Por pura coincidencia una niña pequeña pasaba por el lugar e investigando vio al pequeño potro escondiéndose en la parte más profunda de las raíces, “Ven pequeñín, te voy a sacar de ahí. Mmmhhhgggg” La niña hizo caber su mano abriendo un espacio por donde cabría el potro y acercaba sus dedos al potro asustado.
El potro en un desespero arranque lleno de ira mordió a la niña tan fuerte que la asustó del agudo pero insignificante dolor, “¡QUIEDO A MUMMAH!” grito después de soltar a la niña recibiendo únicamente una patada de tierra que lo cubrió ligeramente y una voz aguda llamándole fluffy tonto. La bocanada de tierra le hizo darse cuenta del error que cometió y que una humana quería darle abrazos y amor así que nuevamente arremetió contra las raíces del árbol con toda la fuerza que la adrenalina le daba logrando hacerse caber gracias a su flaqueza obtenida por dos días de no comer. Pudiera haberlo logrado de no ser por la cadera desproporcionada de los fluffies que seguía atorada, el mismo seguía atorado pero ahora de una forma más incapacitante y desesperanzadora.
La noche llegó en un punto perdido entre sus alucinaciones inducidas por el calor, el hambre, la sed y la tristeza. En ellas miraba como el recuerdo de su mamá llegaba por él y con una fuerza imposible abría las raíces del árbol para darle muchos abrazos y leche que lo curaría de todas sus penas y él le enseñaría como ahora puede hablar haciéndolo el mejor bebe del mundo. La última mañana estuvo cubierta de una lucidez tan traicionera como la dureza de su realidad, miro como una manada pasaba justo enfrente de él y a pocos de los fluffies desconocidos devolviéndole la mirada pero alejándose mientras decían comentarios burlándose de su madre por no cuidarlo o comentarios de otras madres aleccionando a sus crías a ser un buen bebbeh para no terminar atrapados.
Sus fuerzas se habían terminado y el pequeño potro atrapado solo se dejó caer donde se sumió en un sopor sin tener la fuerza para incluso cerrar sus ojos y meter la lengua de nuevo a su hocico.
Ahh a little warm exercise while the subway drove me to the school, i hope the writing goes better but i miss the drawing hahahah.
ENJOY!!