Se recomienda escuchar “Under the World Tree” de fondo.
Hace mucho tiempo, en la edad antigua, se decía que el héroe Perseo decapitó a la poderosa Medusa, quien con su mirada petrificaba a todo aquel que la veía. De su sangre brotó un caballo alado, ¡su hijo Pegaso! Un caballo bello y poderoso, con alas hermosas con las que Perseo escapó volando del lugar.
Así versa la antigua leyenda del nacimiento de Pegaso, aquel mítico animal que la humanidad sigue admirando hoy en día. Y Hasbro decidió dar vida a este proyecto en Fluffys. La meta original era crear Pegasos, pero necesitaban el producto base (los terrosos) para poder desarrollarlo. Una vez creado semen artificial con varias mezclas genéticas, especialmente de gallinas, se logró que la primera terrosa diera a luz a una camada de varios Pegasos. Estos tenían una diferencia notable respecto a su madre. Los Pegasos tenían huesos más frágiles pero más flexibles, y su tamaño era menor en comparación con todos los Fluffys (el promedio era de 30 cm). Eran más propensos a jugar y eran energéticos, siendo los Fluffys más rápidos. Esto se debe a que los Pegasos tienen huesos ahuecados que les permiten moverse aún más rápido que cualquier otro Fluffy. También presentaban una curiosa habilidad: al igual que los unicornios, podían regenerar sus alas. Un aditamento completamente inútil, al menos se supone que es inútil debido a su tamaño frente a un Fluffy Pegaso bien alimentado. Sin embargo, Hasbio jamás previó a Fluffys salvajes. Los Pegasos salvajes, al no tener la comida constante que un Fluffy de hogar debe tener, son más flacos y están más entrenados debido a su tendencia a ser juguetones y mantenerse constantemente activos. Estos Pegasos suelen ser los buscadores de comida principales de la manada (los marrones Pegasos son los más valorados) y, a través de sus alas pequeñas, logran planear a pequeñas alturas. Además de su velocidad, que es mayor, llegando a alcanzar los 20 km durante un periodo de tiempo interesante, siendo los únicos Fluffys que suelen escapar de ataques incluso de humanos (los terrestres y unicornios llegan a los 10 km máximo, y los alicornios a 15 km). A los cazadores les gusta ir tras estas criaturas ya que son las que presentan más retos.
Psicológicamente, debido a la programación de Hasbio, los Pegasos admiran mucho los cielos, anhelando volar con sus alas grandes y fuertes. Pero nunca lo conseguirán. Pasan muchas tardes mirando las nubes, incluso los salvajes anhelan vivir en ellas para escapar de sus penurias. Son una criatura maldita en totalidad, como reza un dicho: “los cerdos no pueden encontrar a Dios”, los Fluffys, aun con su deseo de volar, jamás lo conseguirán…
Por último, hablaremos de los usos de los Fluffys Pegasos en la sociedad. En cuestiones de ventas, dependiendo del color, pueden valer bastante, sobre todo los temáticos (los Fluffys de color blanco puro, Pegaso, o con crin azul son los más valorados) y suelen ser los Fluffys que más se recomiendan para niños pequeños debido a su hiperactividad. También suelen ser los Fluffys usados en carreras, sobre todo las yeguas que han tenido crías para que estas vayan tras su potro al otro extremo de la pista. Además, los Pegasos son los únicos Fluffys comestibles que no mueren fácilmente, ya que solo se toma sus alas, que aunque pequeñas, tienen ese sabor a pollo endulzado con kétchup, mientras se los deja en el corral hasta que regeneran su ala de nuevo (toma de 2 a 3 semanas con ciertas vitaminas especiales). Claro, sería más fácil matarlos y vender todo, pero un Pegaso de una familia de madre y padre Pegasos tiene una posibilidad del 30 % de nacer, los otros serían terrosos y unicornios. Lo mejor es tomar sus alas ya agrandadas bajo ciertas vitaminas y hormonas. Aunque los Pegasos sufren mucho al perder sus alas, prefieren perder otras partes no regenerables, irónicamente.
Por último, son los Fluffys que más premios ganan en concursos de belleza de las 3 grandes razas, debido a su necesidad de hiperactividad, se mantienen muy sanos, a diferencia de sus hermanos gordos terrestres o de mal genio como los unicornios.