HISTORIAS FERALES DE CIUDAD (kekxz1)

La naturaleza jamás será misericorde con aquellos que no pretenden jugar con sus reglas. Los fluffies, quienes no posee instinto alguno de supervivencia son un claro caso de esto.

Pero hoy, nuestra historia nos transporta a un entorno más gris y agresivo, las calles de las grandes ciudades, las cuales son gobernadas por fluffies que escaparon de sus dueños o que han sido abandonados.

Algunos logran su supervivencia gracias a ser grandes y fuertes, otros solo encuentra su destino sellado por la indiferencia y la falta de alimento. Los que sobreviven no tardan en desarrollar la creencia de que son el apex alfa de su especie; o el Smawty más smawty

“Maddarina sed mejow smadty, tunto bebe” Dijo con una voz soberbia, aplastando al recién nacido de una camada de Fluffies popó mientras un escenario de abrazos especiales no consensuados se llevaban a cabo.

Pero, incluso dentro de este manicomio hay fluffies decentes. Es el caso de Red; un fluffy de color rojo y crin negra. Este es un papá luchón luego de un desafortunado encuentro con una manada de smarties.

“Wed apenash dogro edcodtrar nummies pada bebes…” Pensaba nuestro inusualmente inteligente protagonista. Red, a pesar de ser un fluffo, poseía un intelecto bastante decente y sabía más que todos la crueldad del invierno.

Así es como sin esperar mucho, aquel fluffy de color rojo llegó a una bifurcación de un callejón oscuro donde solo se podían ver yonkees, fluffos muertos o moribundos y alguna que otra familia que apenas se había formado.

“Yei, papi vodvió” Una voz aguda se escuchó desde la caja que yacia escondida entre dos botes de basura “y tajo nummies pada dodores de pancitah”

Era uno de los potros de Red, en concreto el mayor y el que tenía semejanzas con el, podríamos decir que era el mejor bebé.

“¿Papi?” Hablaban al unisono los demás potros.

“papi apedas pudo hallar nummies pada bebes… compadtid nummies” Fue una respuesta tajante mientras dejaba caer la comida que había encontrado en los basureros.

Los bebes comieron gustosos, estaban hambrientos.

Red solo los miraba, feliz de saber que sus hijos estaban satisfechos. Pese a ser un terreno hostil estos pequeños momentos lo eran todo para el, para alguien que nació sin nada, lo obtuvo todo y a la vez lo perdió todo. Una comedia trágica.

Fue una noche como todas, la caja cerrada y todos los pequeños potros sobre su querido padre, el cual, brindaba todo el calor posible.

El día volvió y con ello el ciclo, pero con una diferencia alarmante.

“¡¡Edta sed tiedita deh mejod smawty ahoda!!”

Los gritos fuera de la caja alarmaron a Red, el chillido de una potra que gritaba porque un grupo de fluffies smarties masacraban a su amigo especial.
La escena era solo una muestra de la crueldad que estas bolas de pelo podían ejercer. Los gritos ahora eran tapados por los gemidos de placer de los smarties que no solo se deleitaron con matar al amigo especial, sino que también masacraron a los potros y ahora solo se turnaban para enfiar a la fluffa chillona.

Red sabía que no podía darse el lujo de quedarse en casa hoy, tenía que ir a buscar los nummies para sus crías

“wed tiede khe salid bebes… cedad cajita, cajita sed lugad segudo” Dijo mientras salía dispuesto a intentar pasar desapercibido.

Lamentablemente los fluffies aún con su estupidez crónica, no son ciegos

“midad amigods, tunto fluffy dojo estad en tiedas de smawty din pedmizo de smawty”
Gritó el que presumiblemente era el lider, haciendo que los toughie friends se acercaran a intentar intimidar a red

“tunto fluffy dojo estad en tiewa de smawty, toughie dad peodes pizaditaz zi tunto flu-” antes de que terminara, la pelea empezó

“SKREEEEEEE!!!” Solo bastó una pisadita en el hocico de Red para que los dientes del Toughie cayeran al suelo, donde antes yacia una firme boca ahora solo había sangre.

El toughie abatido no tardó en morir ahogado en su propia sangre, el segundo toughie simplemente se cagó del miedo y huyó

“Tuntho toughie miedoso… Mejod smawty se encadgara…” No hace falta decir que Red ni lo uso de calentamiento… las orejas arrancadas, los ojos ensangrentados por los golpes y patadas, un rostro irreconocible…

“…Smawty seda nummie para bebehs…” Dijo Red con frialdad, mientras cortaba pedazos del fluffy con su hocico.

Tenían suficientes nummies para esa noche…

Los días siguientes a ese encuentro fueron duros, usualmente Red apenas podía llegar a casa donde sus bebés lo esperaban impacientemente.
Red tenía constantes encuentros con otros fluffies con los cuales peleaba por su derecho a vivir y comer. Nadie fue rival para la genética de Red.
Todos los smarties que probaron suerte terminaron masacrados y esto atraía más problemas a Red, pero, ese era el menor de los problemas.

“Tiempo de nevaditas sed pwonto… Red apudadse…” En vez de traer nummies habían días donde Red traía hojas y demás aislantes para el frío. El invierno llegaría pronto y a sabiendas de lo que podría pasarle a sus potros este no dudó en usar el 110% de su cerebro para crear un refugio improvisado.

Sus esfuerzos eran intensos y solo faltaba un esfuerzo más…

Aquel 19 de Junio, Red salía de su hogar como de costumbre, realizando su rutina diaria hasta que le tocó volver.

“Tunto fluffy dojo…” Una voz familiar se escuchó, aquel Toughie que se había cagado encima se posaba en la entrada del callejón junto a otras 4 figuras.

“¿kHé queded?” Preguntó Red

“tuntho fluffy dojo matad amidos de smawty… smawty queded dadle suenitos etednos a tunto fluffy dojo” Se escuchaba, dando pisadas al suelo

“dad peodes pisaditass a tunto fuffy wojo”

Se escuchó al unisono, mientras los fluffies empezaban una brutal embestida hacía Red.

Pese a ser fáciles de derrotar, el número de enemigos hizo que Red tuviese que pelear de manera más inteligente. Al primero lo volteó tras darle una patada trasera, este empezó a chillar ni bien la sufrió y rápidamente fue asistido por otro de los fluffies mientras que red era atacado por los otros 3.

Los toughies fueron brutales, como se esperaría no tardaron en atacar y en unos pocas pisaditas y mordiditas tenían a Red retrocediendo con un ojo ensangrentado.

“tunto fluffy dojo sufid pisaditas de gwan smadty” Dijo el lider que se levantó intimidante, aunque su intento resultó en un ataque en salto de Red con el que quebró ambas patas traseras al hacer que su cuerpo se incline demasiado hacía abajo.

Los otros toughies no dudaron en atacar a Red, quien empezó a ser golpeado en su lomo con bastante fuerza antes de responder con un ataque de similar fuerza dándole de lleno al toughie que yacia a su derecha, algo así como un gancho de boxeo.

El mismo fue totalmente despojado de su hocico y de su ojo derecho los cuales volaron por los aires junto a una mezcla de sangre, sudor y saliba.

El toughie de la izquierda aprovechó la respuesta de Red, al que no dudó en golpear con una fuerte patada en la cabeza. El golpe, no solo le provocó un fuerte sangrado en la cabeza, sino que por culpa de estar sostenido con su pata delantera opuesta, esta terminaría sufriendo una fractura expuesta y para terminar Red acabó cayendo en el suelo a unos metros del toughie, estando completamente aturdido.

“tunto dojo no sed rivad pada maux” Musitó el ser, que se acercó a darle otra patadita de perdón en el lomo haciéndolo sangrar mientras se retiraba victorioso o al menos eso creía.

Los gritos del fluffy con ambas patas traseras fracturas, el ahogamiento del fluffy sin rostro y los tres fluffies restantes marchando lejos, era todo lo que Red podía oir mientras luchaba contra su propio cuerpo moribundo

“de…debed… llevad… nummies” Su espíritu lo llevó a recoger la comida con la poca fortaleza que tenía; sus patas apenas se movían y el peso era inaguantable… Red sucumbió ni bien salió del callejón.

“…bebes…” Su voz intentó oírse, pero el viento helado se las llevó. “… bebes… papi d… ne…” Se arrastró con todas sus fuerzas, el callejón paralelo era aquel lugar donde yacian sus crías; Red hizo todo en su poder… pero solo quedó a mitad del camino con su cuerpo agonizando en la calle solo pudo contemplar sus últimos momentos antes de tener su siesta eterna.

No hace falta que diga que los potros de Red no sobrevivieron al duro invierno, las temperaturas con su humedad destruyeron lentamente a los pequeños quienes murieron con la creencia de que su padre los había abandonado…

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