En un cuarto oscuro con varias pantallas un hombre con bata, ropa, barba y pelo desaliñado, está sentado, fumando un cigarrillo, este lo apago en el cenicero y tomo una grabadora.
Fed – tenemos a un grupo en la zona, parecen sanos y relativamente inteligentes, esto será interesante.
Las cámaras se colocaron en un perímetro de veinte metros alrededor del nido que se había preparado, por suerte no tardaron en ocuparlo un grupo de fluffys, este constaba de una pareja y tres potros en edad cercana para que tuvieran sus propias crias. Era llamativo el tamaño de estos, casi podían llegar a ser el doble de grandes que el fluffy promedio. El nido era un agujero a los pies de un gran árbol, cuya entrada no era superior al metro y que se bifurcaba en dos direcciones, en uno de los callejones estaba la madre, lista para parir, en el otro estaban los jóvenes.
Teníamos escotillas ocultas para acceder en caso de necesidad, así como multitud de sensores y cámaras.
Fed – (hay que agradecer a Emi por la idea, nos ahorraremos espacio y comida con esto, además de obtener datos mucho más fehacientes).
En las cámaras se podían ver a los jóvenes y al padre salir con regularidad por la mañana y volver con comida, así mismo, sacaban una especie de cuenco roñoso que llenan de agua cada día y metían dentro del nido, para que la madre bebiera.
Los días trascurrieron hasta que una noche, las cámaras dentro del nido mostraron a la madre estar de parto.
Hembra - ¡Gwandes popos! ¡UMNGGGG…
Macho - ¡ya veo a bebbeh!
En unos segundos logro expulsar a cinco crías, todas vivas y “chirpeando”, el macho era bastante atento comparado con la media, pues los había ido limpiando y acurrucando con él, mientras la madre jadeaba, hasta lograr recobrarse lo suficiente, como para darse la vuelta.
Hembra - ¡OH NU, BEBBEH MONSTWO!
Una de las crías era un alicornio, pero al macho no pareció importarle, mientras lo acicalaba.
Macho – nu e monstwo, e lindo bebbeh, como daddyh de daddyh.
Hembra - ¿daddyh de daddyh ewa monstwo?.
Macho - ¡uhm!, ¡nu monstwo!, el fluffy gran smadty amiguo, gwan jefe, el siepwe encontdad nummies.
Después de limpiarlas, las juntaron y el macho las ayudo, acercándolos a las umbres de la hembra.
Hembra – tonces… ¿tu ewe smadty?
Macho – nu… daddyh de daddyh tuvo sueñitos etednos cuando daddy ewa solo bebbeh, mummah de daddhy huyo, muchos fluffy peleawon pod sed mejo smadty, nunca supimos que pazo.
Hembra - ¿Pod qué tuvo sueñitos etednos?.
El macho se toco la nariz, con las cámaras no se podía apreciar, pero debía de tener el hocico con quemaduras.
Macho – durante un tiempecito oscudito, nidito de fluffys tuvo malos abracitos de fuego, Daddyh se quemo naricita, pod eso es feo fluffy
Hembra – pewo… daddyh siempre encuentda nummies y niditos y da fuedted owwies
a malos monstwo… y daddy es más bonito fluffy para mummah
El macho acaricio sonriente a la hembra y sin hablar más, se acosto en la entrada a la oquedad, tapando el poco viento que llegaba, se notó un leve aumento en la temperatura interior.
Cuando el hembra inicio el parto, el científico había dado una orden por radio, ahora le hablaban a él.
Liliam – hemos llegado.
Fed – bien, es la hora, ¿todo listo?.
Tod - todo en orden
Fed – soltar al Crotalo
A varios metros del nido, en la oscuridad, una mujer y un hombre vestidos de militares, portavan una jaula, ella tenía el pelo corto y aun en la oscuridad se notaba su rojo cobrizo, el hombre era musculoso y con un corte militar impoluto.
Tod – jefe, ¿no es un poco hacer trampas?, quiero decir, la tenemos muerta de hambre y seguro que huele su peste de fluffy desde hace horas.
Fed – bueno, esto es mas una “prueba de actitud”.
Liliam coloco la jaula en el suelo y ambos tomaron precauciones, colocándose guantes reforzados y preparando palos de sujeción, así como un spray anestésico.
Fed – estas cabronas han desarrollado algo que quiero ver y documentar en video, si es tal y como me contaron los guardas de Congaree, pueden ser interesante.
Los dos mercenarios abrieron la jaula, de ella asomo la cabeza una serpiente, que, de no ser por la luz de los focos, se camuflaría perfectamente con el suelo. Esta no tardo en salir corriendo en dirección contraria a los humanos, justo hacia el nido.
Liliam - ¿y ahora?.
Fed – usar las cámaras térmicas, manteneos lejos y que no capte vuestro olor.
Las cámaras se activaron al notar el paso del animal, estaba claro que avanzaba con decisión, era noche de caza.
La cámara a la entrada del nido se activo y se vio bajar por un lateral a la cascabel, comenzó a saborear el aire de la oquedad, ya no se limitaba a mover la lengua, abría la boca y la cerraba, como si masticara el aire.
Que los fluffys habían trastocado el ecosistema era un hecho aceptado hace ya más de una década, desde lo de Cleveland, pero a qué nivel, era algo que la mayoría de expertos o no sabía o no querían aceptar directamente y con razón.
Las serpientes de cascabel de los bosques de Ohio, no eran más que otro exponente en la larga lista, que se ampliaba cada año, de animales cuyo comportamiento había cambiado o incluso desarrollados mecanismos nuevos, cuyo único fin era para cazar fluffys; Algo que un neófito considerarían absurdo, “matar a un fluffy es lo más fácil del mundo, ¡si se mueren solos!”.
No es que este en desacuerdo con ello, pero hay que pensar que son chicles de ADN, nadie antes de mí, trato de ver que ocurría con la ingesta de carne de estos bichejos, y si ya había quejas por las carnes procesadas… bueno, digamos que esto era otro nivel.
Mutaciones malignas y benignas, problemas de salud, problemas dentro de los grupos sociales, expansión descontrolada de los herbívoros, cambios en la crianza, aumento de fertilidad… y lo que yo apode como “Fluffysmo”, algo que daba a una especie animal, nacida a partir de “cierta fecha”, una “ventaja” o salto evolutivo, lo bastante marcada como para tenerla en cuenta.
Fed – (susurro) y como no… en “la zona” hay muchos así…
La crótalo comenzó a tocar su cola con la boca, para ir bajando poco a poco, era como si estuviera “besando” su cuerpo.
Tod – vale… eso es raro de cojones, ¿Qué está haciendo?.
El científico encendió un cigarro “feliz” y tras una larga calada, hablo.
Fed – se supone que es una sustancia que genera con dos pares de bolsas nuevas, al lado de las venenosas, los guardas forestales hablaban de como las serpientes se meten en nidos de fluffys y se comían a las crías o potros más pequeños, pero los adultos no las notaban, era como si aún a plena vista, no las vieran.
La serpiente había termina de segregar sobre ella misma una viscosa sustancia, para después introducirse en el nido, avanzo en silencio y ausculto el suelo, tomando el camino hacia los recién nacidos. Al llegar, se quedo mirando y palpando con la lengua la espalda del padre, que tapaba la entrada, si bien había una obertura mas arriba, no pareció convencida y a los pocos minutos se tumbo en un lateral del propio túnel.
La noche paso sin sobresaltos, por el túnel, los jóvenes fluffys vinieron a despertar su padre, estos le lamian la espalda cada mañana o le hacían cosquillas para lograr que despertara.
Joven - Bolita del ciedo ya está, daddyh.
Macho – unm… ok… mummah tuvo ya a hemmani…tos…
El macho se quedo mirando a la serpiente, esta estavaba aldo de su hijo, sin inmutarse, solo observaba, El macho miro con terror a su joven hijo y volvió a mirar al Crotalo.
Joven - ¿paza algo daddyh?.
El macho estaba claramente confuso, la serpiente se deslizaba rozando las piernas de los fluffys, pero ni estos se inmutaban ni ella atacaba. La orina del terror impregno la entrada al nido, mientras el macho trataba de articular palabras, mientras señalaba a la sierpe, los demás fluffys miraban donde señalaba, pero era como si no vieran nada.
Mummah - ¿pod que daddyh hace malas agwitas?.
La crótalo empezó a moverse hacia la hembra por un lateral de la cueva… y algo paso, algo con mucho calor hizo que dejara de mearse, algo hizo que se enfadara como nunca antes, veía las cosas con color rojo. La sierpe estaba ya al lado de las crías, abriendo la boca, lista para degustar la primera pieza fresca, cuando algo le cerro la boca y aplasto la cabeza contra el suelo
Macho - ¡MONSTWO NO TOCA BEBBEHS!.
Comenzó a pisotear a la sierpe, esta fácilmente esquivo un par de golpes para luego abrir la boca y lanzarse hacia el fluffy, sintió el dolor punzante, casi se desmalla, pero era mas fuerte la ira, en la alzo, aun clavada en su pecho y la agarro con la boca, para ensartarla en una rama afilada de un árbol que sobresalía del muro de tierra, la sierpe le soltó y recibió de respuesta continuas coces en la cabeza, mientras se movía desesperadamente, tratando de soltarse del empalamiento.
Macho -¡MONSTWO QUEWIA NUMMIES DE BEBBEHS, AHORA MONSTWO SERA NUMMIES!.
El macho se lanzo a la herida y comenzó a usar los pequeños colmillos que tienen para ahondar mas en la suave carne expuesta debajo de las duras escamas, la crótalo volvió a morderlo, esta vez abarcando la oreja izquierda, dando en la zona interna, más allá del cartílago, pero el macho no paro, siguió y siguió masticando hasta que empezó a brotar sangre a chorros.
En menos de un minuto, un fluffy había logrado matar a una serpiente de cascabel de bosque, quedando todo registrado en video y audio, estos datos serían muy útiles para el futuro y, aunque los dos militares no podían creer lo que las cámaras les mostraban, el científico sonreía como si hubiera encontrado oro entre la mierda.
Fed - ¡despertad!, ¡SACARLOS INMEDIATAMENTE, ATRAPARLOS A TODOS!, ¡Tod, el antídoto, ya!.
Los siguientes segundos son confusos y oscuros para el macho, recuerda jadear después de evitar que el monstruo hiciera daño a los bebes, recuerda escuchar los gritos de sus hijos y de su pareja, junto con el chirpeo de los bebes, y como caía al suelo, el calor se iba, aparecía mucho frio, notaba como el pecho y su oreja se hacían mas y mas grandes… pero todo estaba bien.
Había enseñado a los suyos a buscar comida, a saber, donde es seguro, que olores evitar, como defenderse… todo lo que su madre le había enseñado, su padre habría estado orgulloso. Luego hubo luz y calor, un olor familiar, era el olor de su pareja, estaba a su lado durmiendo, vio que su espalda se movía despacio.
Estaban en otro sitio, eran como las casas de los humanos, pero más grande, estaba oscuro, pero había varias luces encendidas, estas daban calor. El macho trato de ponerse en pie, lo cual logro, pero se sentía mal, tenia la boca seca y había cosas blancas atadas a sus patas, también sentía su cabeza distinta, al mirar en un espejo vio que le faltaba la oreja donde le había mordido el monstruo, ahora allí solo había una venda, fue entonces que escucho.
Era el piar de sus crías, rápidamente el conto, estaban todas, eran… ¿mas grandes?, lo parecían, todas descansando pegadas a su madre, cerca descansaban también sus hijos mayores, sintió alivio y alegría al mismo tiempo.
Fed – tendrás hambre.
El macho miro en la dirección donde venia la voz, más allá de lo que se iluminaba, pero había un punto rojo moviéndose, luego salía humo.
Macho - … ¿Dónde está fluffy?.
Fed – a salvo, te salvamos de morir, ese bicho te había metido veneno como parar matar a tres veces tu peso, pero aun asi estabas en pie.
Macho - …gwacias buen señod, pod salvad a fluffy.
Fed – sabes, me has recordado algo que escuché hace muchos años cuando vine aquí, una historia sobre una manada de fluffys… y ese color verde, ese tamaño…, ¿tienes nombre?
Macho - …daddyh de daddyh tenía, su daddyh se lo dio.
En la oscuridad no se podía ver la sonrisa de placer y alegría que el científico, medio drogado por la marihuana, esgrimía; Pensando en que dios debía de estar jugando a los dados y al crótalo le habían tocado los “ojos de serpiente”.
Fed - ¿y cuál era?.
Mas tarde el científico salía del departamento de crianza, frotándose las manos cual científico loco que le llamaban, descolgó un walkie-talkie y hablo.
Fed – Emi, ¿Cómo vas con el genoma Fuzzy?, tenemos ya a la otra parte del proyecto Alfa.
Buenas, feliz año nuevo, he estado liado con el trabajo y le he tenido que dar muchas vueltas al texto, hasta dar con algo que me terminara de gustar, en fin a ver si el próximo no me da tanto quebradero de cabeza. 
